BICENTENARIO DEL NACIMIENTO DE SAN ANTONIO MARÍA CLARET
Antonio Claret y Clará nació en Sallent, Barcelona, el 23 de diciembre de 1807, por lo que este año estamos celebrando todos los católicos el bicentenario de su nacimiento.
Su vida resulta muy interesante para quienes profesamos esta fe, ya que fue durante toda su vida, un gran ejemplo a seguir. Claret era el quinto de once hijos de Juan Claret y Josefa Clará. Toda su adolescencia la pasó Antonio en el taller de su padre. Pronto consiguió llegar a ser maestro en el arte textil. Para perfeccionarse en la fabricación pidió a su padre que le permitiera ir a Barcelona, donde la industria estaba atrayendo a numerosos jóvenes. Alli se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios de la Lonja. Trabajaba de día, y de noche estudiaba. Aunque seguía siendo un buen cristiano, su corazón estaba centrado en su trabajo.
Gracias a su tesón e ingenio llegó pronto a superar en calidad y belleza las muestras que llegaban del extranjero. Un grupo de empresarios, admirados de su competencia, le propusieron un plan: fundar una compañía textil corriendo a cuenta de ellos la financiación y el montaje de la fábrica. Pero Antonio se negó:
tenía 21 años y estaba decidido a ser sacerdote.
La obra más significativa del P. Claret fue la fundación de la Congregación de Misioneros Hijos del Corazón de María. El siempre vivió como el religioso más observante. Cada día dedicaba mucho tiempo a la oración. Su austeridad era proverbial y su sobriedad para las comidas y bebidas, admirable. Este era su horario: dormía apenas seis horas levantándose a las tres de la mañana; antes que se levantaran los demás tenía dos horas de oración y lectura de la Biblia, luego otra hora con ellos, celebraba su Eucaristía y oía otra en acción de gracias; desde el desayuno hasta las diez confesaba y luego escribía. Lo que peor soportaba era la hora de audiencia hacia las doce. Por la tarde predicaba, visitaba hospitales, cárceles, colegios y conventos.
El 24 de octubre de 1870, a los 62 años de edad, Claret entregó su espíritu en manos del Creador. Sus restos fueron trasladados a Vic en 1897, donde actualmente se veneran. El 25 de febrero de 1934 la Iglesia le inscribió como beato y el 7 de mayo de 1950 el Papa Pío XII lo proclamó SANTO.
Editorial del libro | Editorial Éxodo |
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Edición del libro | 1a ed 2007 |
Tapa del libro | Blanda |
Volumen del libro | 1 |
Con índice | Sí |
Año de publicación | 2007 |
Otras características
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Cantidad de páginas: 72
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Altura: 15 cm
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Ancho: 10 cm